¿Qué son y para qué sirve estudiar una Diplomatura?
Infórmate sobre estos programas de formación continuada, para profesionales que desean estár actualizados.
¿Qué son y para qué sirve estudiar una Diplomatura?
La Diplomatura, es un título impartido en el marco de educación superior que se obtiene tras realizar un programa de pregrado de entre 200 y 350 créditos/hora. Se trataba de un programa de corta duración que a diferencia del título de grado o licenciatura, presenta contenidos más generalistas y en el segundo ciclo se accedía a la especialización.
La diplomatura, desde la creación del Espacio Europeo de Educación Superior, se imparte en la Unión Europea, en la categoría de formación continuada, en el área de "Titulo Privado o Propio", siendo cada vez menos frecuente acceder a estos desde el área de "Título Oficial" dependiente del Ministerio de Educación y Ciencia, quedando gestinado por las propias entidades educativas que imaprtesn el programa. En este caso están exentos de trámites de homologación, siendo reconocidos únicamente en procesos de acreditación (de entidad educativa a entidad educativa, por expediente académico).
Sin embargo un diplomado o diplomatura (en griego, δίπλωµα. díplōma) en Latinoamérica es un curso de corta o mediana duración (80 a 120 horas), generalmente dictado por una universidad o institución de educación superior, que tiene el propósito de enseñar, complementar o actualizar algún conocimiento o habilidad específica. Se diferencia de una especialización, en que los diplomados no conducen a la obtención de ningún título ni grado académico.
Los diplomados pueden ser dictados de forma presencial o a distancia (virtuales), con ayuda de las tecnologías de la información y la comunicación.Aunque suelen estar dirigidos a los egresados universitarios, no siempre se les exige el poseer un grado académico para poder cursarlos.
Las diplomaturas, en países como Argentina, constituyen cursos sistematizados mediante un plan de estudios, destinados a la capacitación, actualización y/o perfeccionamiento en un área temática determinada. Según los requisitos de admisión, se distinguen dos tipos de diplomaturas: aquellas que requieren título secundario (se denominan «Diplomaturas Universitarias») y aquellas otras que exigen título de grado universitario o de carreras de al menos cuatro años de instituciones terciarias (se denominan «Diplomaturas Universitarias Superiores»). Cuentan con reconocimiento oficial de la universidad y son certificadas por la misma en el carácter de trayectos formativos.
Vivimos en medio de una auténtica revolución científica y tecnológica, que a su vez genera constantemente nuevas formar de ser y de hacer. Los avances van a un ritmo más rápido que el de la educación formal.
Por eso la actualización de conocimientos se ha convertido en una auténtica necesidad. Si un profesional no se actualiza, es posible que en el término de unos cuantos años ya no tenga suficientes herramientas para ejercer su carrera a cabalidad.
Los diplomados son una respuesta a esa necesidad de formación permanente. A veces también llenan vacíos en áreas que no son cubiertas por la educación formal.
Los diplomados
Los diplomados son cursos que tienen una duración de entre 80 y 120 horas. Generalmente los ofrecen las universidades, aunque en algunas ocasiones también son impartidos por los gremios o diferentes instituciones públicas y privadas.
Este tipo de formación gira en torno a temas muy específicos, que sirven para complementar o ampliar una determinada área del conocimiento.
Las universidades y las diversas instituciones programan diplomados cuando advierten que hay algún cambio o novedad en un área del conocimiento y es necesario llenar el vacío de formación en ese aspecto.
Hay campos en los que la oferta de diplomados es muy frecuente, como es el caso de la Administración de Empresas o el Derecho. Dado que la legislación siempre está en proceso de cambio y que los modelos empresariales son muy dinámicos, se presenta una oferta continua en esas áreas.
Los diplomados generalmente están destinados a egresados de carreras universitarias, aunque no siempre exigen un título para cursarlos.
Estos programas a veces también se destinan a no profesionales y buscan aportar algún tipo de conocimiento práctico a quienes se han formado empíricamente o están interesados en desarrollar un oficio determinado.
Por ejemplo, hay diplomados en caricatura, en gestión cultural o en escritura creativa. En ese caso, ofrecen la formación básica para que alguien pueda iniciarse en esas actividades, o ampliar sus conocimientos de las mismas.
¿Sirven o no los diplomados?
Los buenos diplomados son bastante útiles para mejorar el desempeño profesional. Aportan conocimientos prácticos y herramientas puntuales que permiten estar al tanto de los principales avances en una profesión.
Los diplomados también suman puntos dentro de la calificación de idoneidad profesional, en las convocatorias laborales que hacen las entidades del Estado. La acumulación de un buen número de diplomados equivale prácticamente a un postgrado.
Así mismo, dentro de un currículum los diplomados son prueba fehaciente de profesionalismo. Solo un profesional comprometido con su área de trabajo tiene la voluntad de mantenerse actualizado.
De hecho, en ocasiones es un diplomado el que determina quién debe ser elegido para un empleo determinado. Si se trata de una labor específica, que requiere de conocimientos expertos, el candidato que tenga un plus de formación en esa área tendrá mayores posibilidades de quedarse con el cargo.
Hay que tener en cuenta que es la misma dinámica del mercado laboral la que origina la necesidad de programar los diplomados.
Un ejemplo de ello es lo que ha ocurrido con la comunicación social y las redes sociales. Muchas empresas ya no buscan comunicadores sociales a secas, sino que andan a la caza de “Community managers”, un oficio que por lo general se aprende a través de diplomaturas.
Lo importante es estar atentos a la dinámica de cada profesión. Y, en lo posible, hacer al menos un diplomado al año. De este modo siempre se estará a la vanguardia en un área del conocimiento.